EDITORIAL

Ciencia y política. Intersecciones complejas para la demografía

La demografía se consolidó como disciplina científica en México a partir de una necesidad política concreta: reducir el crecimiento de la población por medio del descenso de la fecundidad. Desde ese entonces, las relaciones entre la demografía y la política de población fueron evidentes. En la actualidad, si bien se concibe un uso de la información demográfica en las políticas, es menos evidente la aceptación de que hay criterios políticos en la estimación demográfica misma. Tres acontecimientos ocurridos a finales de octubre de este año rondaron sobre un tema común: la relación entre las ciencias sociales y la política. En orden cronológico, menciono en primer lugar una conferencia que impartió Fernando Cortés sobre epistemología de las ciencias sociales, donde advertía lo complejo que ha sido el diálogo entre distintas disciplinas (medicina, economía, sociología) acerca del concepto de seguridad alimentaria. La medicina y la economía, incapaces de descentrarse de su propia forma de conceptualización, han sesgado la medición del concepto, decía Cortés, tratando de imponer su perspectiva sobre el mismo a partir del campo teórico en el que se inscriben. Ciencias, conceptos, poder, y sus relaciones, surgen para la reflexión. El siguiente día, Rodolfo Stavenhagen dio una conferencia sobre la creación de FLACSO y CLACSO hace ya más de 50 años. A partir del recuerdo del proyecto Camelot surgido a mediados de la década de 1960, que fue una iniciativa del ejército de los Estados Unidos para contratar sociólogos en países latinoamericanos que estudiaran los movimientos insurgentes en sus propios países a fin de brindar información a los ejércitos, y en particular, al ejército de Estados Unidos, Stavenhagen aconsejó ser muy cuidadosos con la aceptación de financiamientos para hacer investigación y tener claro los fines últimos del uso de la información. Una vez más, se hizo presente una reflexión sobre ciencias sociales y poder. Otro acontecimiento de esos últimos días de octubre que puso de relieve la relación entre demografía y política fue el rechazo en el Consejo General del Instituto Federal Electoral de la propuesta de nuevos distritos electorales (llamada “redistritación”), elaborada con criterios demográficos, geográficos, matemáticos y estadísticos por un conjunto de expertos. Si bien la propuesta seguía criterios técnicos, con un ejercicio se veía que si se hubieran utilizado esos distritos electorales en la última elección, los partidos de oposición hubieran tenido menos representantes que los que finalmente tuvieron. Tres acontecimientos distintos que nos llevan a plantearnos si es posible aislar a la demografía, o en general a las ciencias sociales, de las relaciones políticas inherentes al quehacer científico o de las consecuencias políticas de los resultados de la investigación. De los tres sucesos surgen algunas preguntas para los demógrafos: ¿Es “insesgado” el juicio de los expertos? ¿Para quién trabajan los científicos sociales cuando realizan investigaciones? ¿Es posible hablar de neutralidad política en el quehacer demográfico? ¿Es posible dejar de lado los criterios políticos al estimar poblaciones en territorios? Más que búsqueda de respuestas, quedan estas preguntas abiertas para reflexionar sobre nuestro trabajo.

Cecilia Gayet
Flacso México

Acerca de SOMEDE

La Sociedad Mexicana de Demografía es una asociación sin fines de lucro. Fue creada en 1981 para ser un foro de expresión e intercambio entre los profesionistas dedicados a los estudios de población. Sus agremiados son investigadores con nivel de estudios de maestría y doctorado dedicados a la investigación en población y áreas afines con el fin de dar cuenta de la compleja relación entre población y los diversos aspectos económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros. Actualmente cuenta con 282 miembros, de los cuales 7 han sido distinguidos con el Premio Nacional de Demografía.
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